Llévate la botella y te llevas al genio

Hoy el anfitrion de la consciencia se ha ido a un lugar mejor y sólo quedo YO. Una mente etílica en la que hierven mil ideas..., incapaz de realizar ninguna de ellas. Pensaba que no sería capaz de desterrarlo y aquí estoy, sentado en mi trono de ilusiones y esperanzas. Él era el rey de la desesperación, yo el tirano de la felicidad... Y qué si el futuro está borroso y solo conocemos unos esbozos hechos con el pulso tembloroso; sus expectativas se acabarían ahogando en su propio vómito. Y yo no merezco eso, he luchado para superarle y he acabado superándole; ahora solo es una vocecilla molesta detrás de mi oreja. Dentro de poco tiempo no será nada y desde su reino de desesperación me dará la razón, ahora yo, el que antes fue tirano es rey. Y es que en este cuerpo solo había espacio para uno de nosotros.

1 comentario:

Ana dijo...

Lo mejor es ser el Rey, y si no lo eres creértelo. Un beso